El futuro de Anaga pasa por la biosfera

El desarrollo del punto más aislado del área metropolitana depende de que la Unesco acepte declararlo como reserva

 DANIEL MILLET / SANTA CRUZ DE TENERIFE El futuro de Anaga depende de su biosfera, el conjunto de seres vivos y medio físico que conforman el espacio más viejo y uno de los de mayor riqueza natural de Tenerife. Y más concretamente de que la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) acepte la creación en el macizo de una burbuja de protección. Es lo que persigue desde hace un año la fundación Santa Cruz Sostenible, creada por el Ayuntamiento capitalino y CajaCanarias y apoyada por algunos de los investigadores más importantes de la Isla, como los profesores de la Universidad de La Laguna Wolfredo Wilpret y Serafín Corral.

El pleno municipal del pasado viernes daba el visto bueno a una moción para que prácticamente todo Anaga, incluido su entorno marino, sea declarado Reserva Mundial de la Biosfera. Es el mayor paso dado hasta ahora en una primera fase centrada en convencer a administraciones, colectivos y vecinos de la necesidad de poner a este enclave escarpado y de difícil acceso en el mapa.


Tomás Azcárate, gerente de Santa Cruz Sostenible, confía en que a partir de ahora ya no habrá vuelta atrás. Tiene de hecho un calendario establecido y prevé que la declaración pueda producirse en la primavera del próximo año. "Toda la zona lo necesita para dar un salto al desarrollo. Si acepta la Unesco lograríamos dar a conocer toda la región, traer ayudas para la prosperidad de los núcleos poblacionales dispersos y garantizar la preservación de los valiosísimos recursos biológicos que hay allí", explica Azcárate, para precisar: "Esto no sólo se supedita a la protección del medioambiente. De hecho, las restricciones se mantendrán en los espacios protegidos por el Gobierno de Canarias, principalmente el Parque Rural de Anaga. Pero la Reserva de la Biosfera va mucho más allá y contempla el mar, los enclaves habitados, las costumbres, la cultura, la gastronomía, la pesca...".


Tanto los integrantes de la fundación como la propia edil de zona del Ayuntamiento capitalino, Sheila Trujillo, entienden que el núcleo montañoso no puede seguir en el actual aislamiento por más tiempo. Hay un ejemplo sintomático: no hay ni un solo hotel o casa rural registrado y las 40 plazas del albergue público construido por el Cabildo se quedan cortas para atender la demanda creciente de alojamiento, sobre todo del turismo que huye de las zonas de sol y playa y prefiere la naturaleza y los pateos.


De ahí que en el proyecto para convertir Anaga en Reserva de la Biosfera se contemplen ayudas para la rehabilitación de casas antiguas, su posterior conversión en hoteles de monte e incluso partidas para que estos establecimientos se promocionen en el exterior. "Habría muchos turistas y residentes tinerfeños interesados en aprovechar esta oferta. De eso no tenemos duda", subraya el gerente de Santa Cruz Sostenible.


La carrera está llena de obstáculos y uno de los más complicados es convencer a los habitantes de la cumbre del macizo. Los miembros de la fundación, que mantienen un vínculo con el Consistorio santacrucero –de hecho el alcalde, Miguel Zerolo, es miembro del equipo directivo– aunque trabajan de forma independiente, lo están intentando. Pero en algunos la idea equivocada de que esta figura traerá todavía más limitaciones se ha convertido en una roca. De hecho, las exigencias conservacionistas para ser Reserva de la Biosfera respetan las que conlleva cada una de las figuras de los espacios terrestres y marítimos ya contemplados en todo el área.


La propuesta de Reserva de la Biosfera del Macizo de Anaga ocupa un espacio marítimo-terrestre igual al de la cuarta parte de todo Tenerife. Comprende el extremo nororiental, más su franja marina perteneciente a la Reserva Marina de Interés Pesquero –declarada por el Cabildo– y a los sebadales de San Andrés y Antequera. La extensión total es de 49.759 hectáreas, de las cuales 16.495 son terrestres y 32.264 son marinas. Del total de hectáreas terrestres, el 71,9% pertenece al municipio de Santa Cruz, el 20,5% al de La Laguna y el 7,5% al de Tegueste.


La singularidad del paisaje es uno de los principales aspectos que avalan el expediente que ahora el Ministerio de Medio Ambiente deberá revisar y enviar a la Unesco. En el converge una riqueza geológica, natural y cultural única que goza de un elevado grado de conservación, ya reconocido en 1994 con la declaración por parte del Gobierno de Canarias de una parte del macizo como Parque Rural de Anaga.


Pero también cumple con el resto de requisitos: es una de las dos formaciones montañosas más antiguas de Tenerife (entre 7 y 9 millones de años), uno de los principales ejes estructurales de la Isla, una orografía única por el origen volcánico y la acción erosiva del viento y del agua, unas características climáticas diferenciadas, una enorme variedad biológica que representa la práctica totalidad de los ecosistemas insulares, una serie de figuras de protección que apoyan y reafirman la candidatura, y por último el alto valor cultural de los asentamientos humanos que salpican todos los barrancos.


El documento de Santa Cruz Sostenible dice esto sobre las ventajas de la declaración: "Proporcionará una serie de mejoras muy importantes para Tenerife y en especial para los tres municipios que formarían parte de la Reserva (Santa Cruz, La Laguna y Tegueste) y, sobre todo, para el macizo de Anaga y sus vecinos. Estas ventajas dependerán en gran medida de la habilidad y audacia que demuestre la gestión local a la hora de aprovechar este importante reconocimiento internacional como una oportunidad para conseguir apoyo externo. Asimismo, representará también una gran oportunidad para promover el respaldo público, la identidad y la conciencia ciudadana con acciones encaminadas al desarrollo social, a la conservación de la naturaleza y a la educación intercultural".


Hay otros casos en el propio Archipiélago que han funcionado. Toda la isla de La Palma posee la marca de Reserva de la Biosfera y el propio casco de La Laguna ha visto como crecía su prestigio con la declaración de Ciudad Patrimonio de la Humanidad, también de la Unesco. Estar a la vanguardia de los avances científicos que desarrollen las otras regiones integrantes de la Red Mundial de Reservas de la Biosfera (existen 564 Reservas distribuidas por 109 países del mundo), albergar numerosas acciones culturales y sociales y contar con apoyo al desarrollo económico de la zona son otras de las principales consecuencias de esta iniciativa, como destaca el informe de la fundación santacrucera.


Pero hay además un punto vital: abrir estos escarpados barrancos al turismo. "Desde el punto de vista turístico, la declaración supondría un nuevo impulso y un nuevo foco de atracción de visitantes, porque si bien es cierto que la riqueza del lugar sigue siendo la misma, también lo es que una gran cantidad de población se sentirá más atraída por esta figura que por la del Parque Rural al ser más conocida a escala internacional. Las reservas de la biosfera se distribuyen por toda la geografía del planeta y son reconocidas en el plano mundial por una amplia mayoría de los turistas debido a su implicación en los valores naturales, sociales y económicos", indica el documento.


Todo está ahora en manos de que se consiga el máximo consenso y de que el Ministerio de Medio Ambiente se sume a la propuesta, mejore la candidatura y la lleve a la Unesco. Por ahí pasa la mejor solución que se ha encontrado para poder decir que Anaga existe. 

 

http://www.laopinion.es/tenerife/2011/01/23/futuro-anaga-pasa-biosfera/326342.html

 

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